En las zonas propensas al fuego, el agua no es lo único que se utiliza para sofocar las llamas. Los bomberos forestales también emplean productos químicos o sintéticos. Los investigadores que publicaron un informe en la revista Environmental Science & Technology Letters de ACS analizaron la posibilidad de que estos productos de supresión fueran la fuente de los elevados niveles de metales que a veces se encuentran en los cauces tras apagar los incendios forestales. Varios de los productos que investigaron contenían altos niveles de al menos un metal, como cromo y cadmio, y podrían contribuir a los aumentos de metales en el medioambiente después de los incendios.
“Los incendios forestales están asociados a la liberación de metales pesados tóxicos en el medioambiente, pero hasta ahora se pensaba que estos metales procedían de fuentes naturales como el suelo”, comenta Daniel McCurry, investigador principal del estudio. “Ahora sabemos que los productos ignífugos pueden contribuir a esta liberación de metales”.
Los productos de supresión de incendios forestales, destinados a inhibir la actividad del fuego antes y después de que se evapore el agua, incluyen productos ignífugos, potenciadores del agua y espumas. A medida que los incendios forestales se han vuelto más frecuentes e inclementes, se han necesitado mayores volúmenes de agua junto con productos de supresión químicos y sintéticos —que se rocíen desde el suelo y se lancen desde aviones— para sofocarlos. Aunque los fabricantes identifican la mayoría de los principios activos de los productos de supresión, algunos componentes son patentados. Además, en el pasado, algunos investigadores observaron un aumento de las concentraciones de metales posiblemente tóxicos en el suelo y los cauces de agua tras los incendios forestales. Por este motivo, McCurry y sus colegas de la Universidad del Sur de California se preguntaron si los productos para apagar incendios contenían metales y podían contaminar el medioambiente.
Los investigadores examinaron muestras de 14 productos de supresión de incendios vendidos por comercios minoristas. Analizaron las muestras en busca de 10 metales de toxicidad conocida o regulados por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EE. UU. Todos los productos contenían al menos un metal cuya concentración superaba el nivel máximo de contaminantes en el agua potable que la normativa de la EPA establece. En particular, los dos productos de supresión clasificados como productos ignífugos contenían ocho metales (cromo, cadmio, arsénico, plomo, vanadio, manganeso, antimonio y talio) que superaban ampliamente los niveles establecidos por la normativa de la EPA sobre el agua potable. Asimismo, uno de los productos ignífugos no cumplía la normativa de residuos peligrosos de California, ya que superaba los niveles de tres de esos metales. Los investigadores afirman que estos resultados indican el potencial que tienen los productos ignífugos para contaminar el medio acuático y, probablemente, el agua potable si entran en las masas de agua.
En función del volumen de productos ignífugos que se arrojaron durante los incendios forestales en EE. UU. entre 2009 y 2021, los investigadores determinaron que la cantidad total de metales aplicados variaba de un año a otro, pero en general aumentaba con el paso del tiempo. Y, en el caso de un incendio forestal particular en el sur de California, calculan que el aumento de la concentración de cadmio en un cauce de agua cercano podría explicarse por el 31 % del producto ignífugo que, según los informes, se utilizó para contener el fuego. Además, comentan que estos resultados demuestran que las actividades de extinción de incendios podrían contribuir a la elevación de los niveles de metales en el medioambiente, pero es necesario realizar más investigaciones a fin de determinar los posibles riesgos para la salud humana y medioambiental.
Los autores agradecen la financiación de la National Science Foundation (NSF) de EE. UU., una beca de investigación para graduados de la NSF y una beca de la Universidad del Sur de California para graduados y mujeres en Ciencia e Ingeniería.
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